Usera es uno de los 21 distritos que integran la ciudad de Madrid, está organizado en 7 barrios (Moscardó, Pradolongo, Zofío, San Fermín, Almendrales, Orcasitas y Orcasur) y cuenta con una población que ronda las 140.000 personas. Según cálculos municipales, el 25% de nuestros vecinos son inmigrantes y proceden en su mayoría de China (9.600), Colombia (3.300), Bolivia (2.400), Perú (2.300), Venezuela (2.160), Honduras (2.140), Rumanía (1.900), Ecuador (1.600) o República Dominicana (1.100).
Usera limita al norte con el río Manzanares, al oeste con Carabanchel, al sur con Villaverde y al este con Vallecas. Le debe su nombre a Marcelo Usera, un militar casado con Carmen del Río, hija del Tío Sordillo y heredera de los terrenos agrícolas que su marido urbanizó en la década de los 60 para convertirlos en un laberinto de calles. Estos serían el hogar de humildes trabajadores procedentes del medio rural y llegados a la capital de España en busca de una oportunidad.
Usera esconde restos arqueológicos anteriores al Neolítico ya que, según los expertos, en esta zona queda constancia de la existencia de pequeños grupos humanos que vivían de la caza y la recolección. Dando un salto en la historia, concretamente hasta la Guerra Civil Española, Usera fue escenario de cruentos enfrentamientos militares y, muy probablemente, el primer lugar donde se gritó la mítica frase del «No pasarán».
Usera también fue protagonista de movimientos vecinales surgidos del barro y las chabolas que poblaban Orcasitas hasta bien entrada la década de los setenta. «Me voy a Usera», cantaban Pedro Almodóvar y Fabio MacNamara en plena Movida Madrileña, hasta que llegó Lou Reed el 20 de junio de 1980 para ofrecer un concierto en el cercano estadio del Moscardó y salió espantado. Por cierto, en esa barriada encontrarás los 17 relojes de sol que dibujaron el diseñador Alberto Corazón y el matemático Juan José Caurcel.
Usera es hoy en día uno de los destinos de moda en Madrid, no solo por el empuje del Chinatown más castizo que nos ha puesto en el mapa, también por los sabores latinos que encontrarás en este distrito o por las barras y negocios de toda la vida que aún sobreviven al paso del tiempo. Queremos, querido lector, descubrirte en esta revista los mejores planes de nuestro barrio para que los disfrutes solo, en pareja, con niños o en pandilla.
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